Hola hijo. Ya son 7 meses sin tenerte, sin poderte abrazar ni besar, sin gastarnos bromas mutuamente...
Todavía no me acostumbro a vivir sin todo eso. Te diría tántas cosas si te tuviese aquí...
Cada vez que beso y abrazo a tu hermana, a María, comparto esos besos y abrazos contigo y estoy segura de que lo sabes. Cuánto amor te has llevado y cuantos buenisimos recuerdos los que tenemos contigo, tánto que no lo olvidaré jamás. Tus perricos están bien, ahora tienen un nuevo amigo, Azor, que los dos lo han aceptado y saben que es cachorro todavía, porque lo consienten demasiado. Los cuidamos entre todos pero... me da tanta pena pensar que ya no los vas a llevar al monte, acompañandote en todo momento y el recordar con qué alegría te recibian cuando venías a por ellos, la misma alegría que teníamos todos al verte, tu presencia se hacía notar siempre y por eso me cuesta tanto renunciar a ello.
Estoy convencida de que cuando llegue mi hora, te voy a encontrar, y viviremos juntos la vida eterna. Sabes, me gusta sentir algunas veces como si estuvieses a mi lado, sentir tu olor, si, "tu olor", no el de tu perfume y cuando me pasa eso, cierro los ojos y creo estar viéndote. Me gustaría tener esa sensación más a menudo porque son momentos tan breves que me saben a poco e intento buscar la forma de sentirte más aunque la mayoría de las veces no lo consigo, si te busco no lo consigo, simplemente es así, cuando menos lo espero, al entrar en algún sitio o pasar por tu habitación, es esa sensación que me gusta como cuando tú llegabas a casa, que todo olía a tí.
Todavía tengo tu ropa, la que me dieron el el retén en las cajas y jamás la voy a lavar, por eso, por lo mismo, porque huele a tí. Es la ropa con la que te fuiste ese maldito día a trabajar y que dejaste en tu taquilla para ponerte la ropa de trabajo. Ese va a ser uno de los tesoros que voy a conservar de ti, porque con el simple hecho de cogerla entre mis brazos, siento como si te abrazase y al dejarla en su sitio, por un momento sigo sintiendo ese olor que tanto me agrada y que me hace sentir mejor, aunque guardo muchos tesoros tuyos en mi corazón, en mi mente, porque la brevedad de tu existencia nos ha marcado profundamente, a un hijo como tú nunca se le puede olvidar, para mí, eras único al igual que tu hermana y te aseguro que no es amor de madre, que de verdad sois los dos muy especiales, con la misma bondad, el mismo buen carácter, la misma humildad aunque eso si, cada uno demostrais las cosas de diferente manera, pero en el fondo, sois igualitos.
Y por hoy ya está, porque si te dijese todo lo que pienso y siento, podría estar escribiendo toda la vida, hijo, recibe un beso y un abrazo de tu madre, nunca te podré olvidar Montxito, mi Montxito...
Para que también haya parte de tí en el Aneto, Tu tío Luis, Sergio, Antonio y Toñin, hicieron el esfuerzo de subir hasta la cima. Les agradecemos a todos el detalle de ir para echar tus cenizas.
